De donde apareció,
la luz que me despejo
de las tinieblas del
millones de estallidos
que de la nada,
sumergido en la desesperación,
desterro el temor.
En la agonía de perder,
la verdad de un mas allá,
dulce como la miel,
satín voluptuoso,
energía incontrolable,
sed nunca saciadas,
promesa perdida,
anochecer moribundo,
hasta pronto,
un beso...
Que duermas bien…
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